Es común que, al calentar mantequilla en el microondas, se produzcan chispas o chasquidos inesperados. Esto sucede debido a un fenómeno conocido como «arco eléctrico», que se genera cuando los componentes internos de la mantequilla, como magnesio, hierro y selenio, reaccionan con las microondas en niveles altos. Estas partículas metálicas en pequeñas cantidades pueden provocar chispas y, en algunos casos, dañar el aparato.
Para reducir estos riesgos y evitar que la mantequilla salpique o cause chispas, es recomendable seguir ciertos consejos prácticos:
- Evitar calentar la mantequilla a máxima potencia: Usa configuraciones bajas o medias para un calentamiento más controlado.
- Usar intervalos cortos: Calienta en períodos de 10 a 15 segundos, revolviendo entre cada uno para distribuir el calor uniformemente.
- Colocar la mantequilla en un recipiente adecuado: Preferiblemente en un recipiente de vidrio o cerámica, evitando metales o recipientes con decoraciones metálicas.
- Proteger la mantequilla con una tapa o envoltura adecuada: Usa una tapa de microondas o una envoltura plástica perforada para permitir la salida del vapor y reducir salpicaduras.
Recordar que la presencia de chispas no siempre indica un daño en el microondas, pero es importante inspeccionar regularmente el aparato para detectar componentes dañados o desgastados, como la protección de la onda o el diodo. Si las chispas persisten, es recomendable consultar a un técnico especializado.