Guía completa para limpiar y mantener tu lavavajillas de manera efectiva

La importancia de mantener tu lavavajillas limpio y en buen estado

Un lavavajillas no solo facilita la limpieza de tus utensilios y platos, sino que también contribuye a una vida útil prolongada de tu electrodoméstico. Sin embargo, para que funcione de manera óptima, es fundamental realizar tareas de mantenimiento y limpieza periódicas. Aunque normalmente no se recomienda usar el lavavajillas cuando está vacío o parcialmente lleno, ejecutar ciclos de limpieza con el aparato vacío puede ser una excelente estrategia para mantenerlo en las mejores condiciones. Para una limpieza profunda y efectiva, te sugerimos utilizar vinagre y bicarbonato de sodio, productos naturales que ayudan a eliminar la grasa, los residuos y los malos olores.

¿Con qué frecuencia debes limpiar tu lavavajillas?

Es recomendable realizar una limpieza ligera del lavavajillas al menos una vez al mes. Esto garantiza que el aparato funcione de manera eficiente y que se eviten acumulaciones de bacterias y residuos. Para ello, simplemente puedes ejecutar un ciclo de limpieza con un agente específico y asegurarte de que el desagüe drena correctamente antes de usarlo nuevamente. Una limpieza profunda, en cambio, se recomienda cada 2 o 3 meses, incluyendo la remoción y limpieza de los componentes internos como los racks, los orificios de pulverización y el filtro de drenaje.

¿Cómo saber si tu lavavajillas necesita una limpieza?

  • Mal olor o aroma desagradable: un olor fuerte y repulsivo indica acumulación de residuos y gérmenes, lo que requiere una limpieza a fondo.
  • Residuo en los platos: si los utensilios salen sucios o con manchas, puede ser señal de que el lavado no está siendo efectivo, posiblemente por grasa acumulada o baja temperatura del agua.
  • Agua que no drena correctamente: si al finalizar el ciclo queda agua en el fondo, probablemente exista una obstrucción en el sistema de desagüe.

¿Es recomendable ejecutar un ciclo vacío para limpiar el lavavajillas?

Ejecutar un ciclo de lavado con el aparato vacío no solo es recomendable, sino necesario para mantenerlo libre de grasa y residuos. Esto ayuda a prolongar su vida útil, optimiza su funcionamiento y mantiene el aparato en condiciones higiénicas. Se recomienda hacerlo una vez al mes, utilizando vinagre y bicarbonato de sodio para una limpieza profunda y efectiva. Este método ayuda a eliminar olores, desinfectar y descomponer acumulaciones de grasa en las zonas difíciles de alcanzar.

¿Cómo limpiar tu lavavajillas manualmente y de forma regular?

Realiza un ciclo con vinagre y agua caliente

Para una limpieza sencilla y efectiva, llena un recipiente mediano con vinagre destilado blanco y colócalo en la bandeja inferior del lavavajillas. Luego, ejecuta un ciclo completo de lavado a alta temperatura. El vinagre actuará desinfectando, eliminando residuos y neutralizando olores. Una vez finalizado, espolvorea 2 o 3 cucharadas de bicarbonato de sodio en el fondo y realiza otro ciclo con agua caliente para potenciar la limpieza y eliminar cualquier residuo restante.

Elimina partículas de alimentos visibles

Antes de colocar los platos en el lavavajillas, raspa y retira los restos de comida grandes para evitar obstrucciones y facilitar el trabajo del aparato. Si notas residuos en el desagüe, límpialos con un trapo húmedo y deséchalos en la basura. Esto previene bloqueos y mantiene el sistema de drenaje en buenas condiciones.

Rocía y limpia el interior con vinagre

Una vez por semana, usa una botella con pulverizador llena de vinagre para rociar las paredes, puertas y zonas internas del lavavajillas. Limpia con un paño seco todas las superficies para eliminar bacterias, grasa y restos de partículas. Es importante evitar el uso de productos químicos agresivos como la lejía o el amoníaco, ya que pueden dañar los componentes internos y dejar residuos peligrosos.

Revisa y limpia la junta de la puerta

La junta de la puerta es una parte esencial para mantener la eficiencia del lavado. Rocíala con vinagre y límpiala con un cepillo o trapo suave. Si es posible, quítala para remojarla en agua caliente con jabón durante unas horas. La limpieza periódica previene la formación de moho y mantiene un buen sellado, evitando fugas y malos olores.

Vacía el filtro de drenaje

El filtro, ubicado en la parte inferior del aparato, captura restos de comida y partículas que podrían obstruir el sistema. Retíralo cuidadosamente, límpialo con agua caliente y jabón, y vuelve a colocarlo. Realiza esta tarea una vez al mes o cuando notes que el lavado no es efectivo o hay acumulación de residuos.

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