Guía completa para reparar un gato hidráulico de piso que no se eleva ni se mantiene levantado

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¿Por qué mi gato de piso no se eleva o no se mantiene en posición?

Si experimenta que su gato hidráulico de piso no se eleva, no mantiene la carga o disminuye solo, es probable que exista alguna causa técnica que requiere atención. En esta guía, le explicaré en detalle las razones más comunes y las soluciones efectivas para que vuelva a tener su equipo en óptimas condiciones.

Razones por las que un gato de piso no se eleva

Este problema puede variar en gravedad; desde gatos que no levantan cargas pesadas, hasta aquellos que no alcanzan su altura máxima. Además, un gato que parece débil o esponjoso puede tener dificultades para mantener la carga. Las causas principales suelen ser bajos niveles de aceite hidráulico, fugas, aire atrapado o aceite de mala calidad.

1. Niveles bajos de aceite hidráulico

La mayor parte de los sistemas hidráulicos en gatos de piso funcionan mediante la presión generada por el aceite en su interior. Cuando bombeamos el mango, empujamos un émbolo que comprime el aceite y genera la fuerza necesaria para levantar cargas. Si el nivel de aceite es insuficiente, el sistema no podrá generar la presión adecuada para elevar o mantener el peso.

¿Cómo verificar y rellenar el aceite?

  • Primero, ubique la tapa o enchufe de llenado, que puede variar según el modelo (puede ser una tapa de goma, tornillo Allen o perno hexagonal).
  • Retire con cuidado la tapa o enchufe, asegurándose de limpiar los residuos en la zona para evitar la contaminación del aceite.
  • Utilice un embudo o manguera para verter el aceite hidráulico recomendado, preferiblemente de viscosidad ISO 22 o ISO 32, hasta alcanzar el nivel indicado en el manual del fabricante.
  • Antes de cerrar, bombee varias veces el mango para liberar burbujas de aire y asegurarse de que el aceite circule correctamente.
  • Vuelva a colocar la tapa o enchufe firmemente y pruebe el funcionamiento del gato.

Si tras rellenar el aceite el problema persiste, puede deberse a fugas en el sistema o a otros componentes dañados.

2. Fugas de aceite hidráulico

Las fugas son una causa frecuente de bajos niveles de aceite y pérdida de presión. Inspeccione visualmente el gato, buscando manchas de aceite, especialmente en las juntas, válvulas y tornillos. También escuche si hay silbidos o ruidos extraños durante su operación.

¿Cómo reparar las fugas?

  • Reemplace las juntas tóricas o sellos desgastados en las áreas de entrada y salida del aceite.
  • Verifique las válvulas de purga y los enchufes de relleno, sustituyendo las juntas o sellos si presentan daños.
  • Para fugas en el pistón principal, puede ser necesario desmontar la bomba y reemplazar el sello interno, un proceso que requiere conocimientos técnicos y herramientas específicas.

Si no tiene experiencia, lo recomendable es acudir a un técnico especializado para evitar daños mayores.

3. Aire atrapado en el sistema

El aire puede ingresar en el sistema por fugas, desgaste o durante la recarga de aceite. La presencia de burbujas de aire reduce la eficiencia del sistema, impidiendo que el gato se eleve o mantenga en posición.

¿Cómo eliminar el aire?

  • Abra la válvula de purga o liberación y bombee varias veces el mango con la válvula abierta para expulsar las burbujas.
  • Cierre la válvula y vuelva a comprobar el funcionamiento.
  • Repita el proceso si es necesario hasta lograr que el sistema esté libre de aire.

4. Aceite de mala calidad o deteriorado

Con el tiempo, el aceite puede oxidar, contaminarse o perder sus propiedades lubricantes, afectando la presión hidráulica. Si no hay fugas ni aire atrapado, considere cambiar el aceite viejo por uno nuevo siguiendo el procedimiento mencionado anteriormente.

5. Uso de aceite incorrecto

Utilizar un aceite no especificado por el fabricante puede causar fallos en el sistema. Verifique siempre la viscosidad recomendada y use el tipo correcto para asegurar un funcionamiento óptimo.

¿Qué hacer si el gato no se mantiene levantado ni cae cuando debería?

Las causas principales en estos casos incluyen aire atrapado, válvulas de liberación defectuosas o problemas mecánicos internos.

1. Aire atrapado

Al igual que en la sección anterior, sangrar el sistema es la mejor solución. Realice el proceso completo de purga para eliminar las burbujas y restaurar la presión.

2. Válvula de liberación defectuosa

Una válvula dañada puede impedir que el sistema libere presión o que el gato disminuya cuando es necesario. Inspeccione, limpie o reemplace la válvula si presenta signos de desgaste o bloqueo.

¿Cómo verificar y reparar la válvula de liberación?

  • Desmonte la válvula siguiendo las instrucciones del fabricante.
  • Revisión de juntas y sellos, reemplazándolos en caso de desgaste.
  • Limpiar la válvula y lubricar si es necesario antes de reinstalar.

3. Problemas mecánicos internos

El pistón, los enlaces o componentes internos pueden estar atascados, desgastados o dañados, impidiendo que el mecanismo funcione correctamente. En estos casos, se requiere desmontar y revisar minuciosamente las partes.

Precauciones y recomendaciones finales

Antes de realizar cualquier reparación, asegúrese de que el gato esté completamente descargado y en una superficie estable. Use guantes y protección ocular durante las tareas de mantenimiento. Si no tiene experiencia en sistemas hidráulicos, lo mejor es consultar a un profesional para evitar daños o accidentes.

Resumen

Para mantener su gato hidráulico de piso en buen estado, realice revisiones periódicas, mantenga los niveles de aceite adecuados, cambie el aceite cuando sea necesario y elimine cualquier burbuja de aire. Con un mantenimiento adecuado, prolongará la vida útil de su equipo y garantizará su seguridad en cada uso.


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