Guía completa sobre los humos de soldadura y sistemas de extracción

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Peligros asociados a los humos de soldadura

La exposición a los humos generados durante la soldadura representa un riesgo significativo para la salud, incluso en ambientes con buena ventilación. Estos humos contienen gases y partículas diminutas que pueden afectar adversamente los pulmones y el sistema respiratorio. Aunque comúnmente se piensa que el plomo es el principal responsable de estos efectos nocivos, la realidad es que incluso la soldadura sin plomo puede ser peligrosa debido a las sustancias químicas presentes en el flujo y el núcleo de la soldadura. Cuando se utilizan fluxes y materiales sintéticos, se producen vapores y partículas que, al vaporizarse, generan compuestos como la colofonía, que son potencialmente dañinos.

Numerosos estudios clínicos han demostrado que la inhalación de humos de soldadura puede desencadenar o empeorar condiciones como rinitis, asma ocupacional, bronquitis, dolores torácicos, mareos, dolores de cabeza, conjuntivitis e incluso afectar funciones cognitivas. Además, en trabajos relacionados con electrónica, también se expone a solventes, recubrimientos y resinas usados en la fabricación de circuitos impresos, que añaden más riesgos a la exposición.

Es importante entender que, aunque muchas personas creen que la soldadura ocasional no requiere medidas estrictas, la naturaleza de los humos y su potencial acumulativo en el organismo hacen que los extractores de humo sean una herramienta esencial en cualquier actividad de soldadura. La exposición a estos vapores, incluso en pequeñas cantidades, puede tener efectos nocivos con el tiempo.

¿Cómo operan los extractores de humo?

Los extractores de humo funcionan mediante un motor eléctrico que impulsa un ventilador, encargado de captar y filtrar el aire contaminado. Dependiendo del diseño y modelo, el aire pasa a través de un sistema de filtración ubicado antes o después del ventilador. Algunos dispositivos expulsan el aire ya filtrado y limpio al exterior, mientras que otros lo recirculan hacia el área de trabajo tras la filtración.

Los sistemas más avanzados incluyen filtros complejos con varias etapas, como prefiltros y filtros de carbono activado, para incrementar su eficiencia en la captura de humos y partículas nocivas. La elección del sistema de filtración es fundamental, ya que determina la capacidad real de eliminación de contaminantes y la protección efectiva del operario.

Opciones de extractores para tareas de menor escala

Para quienes realizan soldadura en pequeños talleres, hobbyistas o aficionados, existen dos principales tipos de sistemas de extracción y filtración:

Absorbedores de humo

Los absorbedores de humo son unidades compactas que utilizan un ventilador para aspirar el aire contaminado a través de un filtro. Son ideales para trabajos en una sola estación o poste de soldadura, ya que no requieren mangueras ni conexiones complejas. Su diseño sencillo y portátil los hace perfectos para espacios limitados.

Características principales:

  • Fácil de colocar sobre el banco de trabajo o en soporte ajustable.
  • Precios accesibles, que oscilan entre $20 y $150 según marca y calidad.
  • Ligero, compacto y fácil de transportar.

Ejemplo: Absorbedor de humo FA-400 de Hakko

Estos dispositivos son económicos y prácticos, pero su eficiencia puede variar. Modelos económicos y DIY pueden no ofrecer filtración adecuada, por lo que para uso frecuente o profesional, es recomendable optar por unidades con filtros de mayor calidad y mayor capacidad de absorción.

En rangos de precios de $25 a $80, existen productos con motores silenciosos y filtros de carbono activado, diseñados para ofrecer protección eficaz en tareas de soldadura ocasional o en entornos domésticos. Para mayor rendimiento, modelos de marcas reconocidas como Hakko o Weller ofrecen sistemas con filtros de 3 etapas capaces de absorber hasta 4 gramos de residuos, garantizando mayor protección y durabilidad.

Extractores de humo

Para trabajos más intensivos o en entornos donde se requiere mayor control del aire, los extractores de humo de mesa o portátiles son la opción adecuada. Estos sistemas incluyen una unidad central con un potente ventilador y uno o más brazos ajustables con boquillas que se colocan directamente en el punto de generación de humos.

Ejemplo: Extractor de humo Fumeclear®

Los precios de estos equipos varían entre $100 y $700, dependiendo del flujo de aire (medido en CFM), la calidad de los filtros, características adicionales como control de velocidad, indicadores de estado del filtro y número de puertos. Son significativamente más eficientes que los absorbedores simples, ya que pueden enfocar la extracción directamente en el área de soldadura y reducir la dispersión de humos en el ambiente.

Modelos con filtros HEPA (que capturan partículas de hasta 0.3 micras con una eficiencia del 99.97%) y filtros de carbono activo ofrecen protección avanzada. Algunos equipos de gama alta, como el Hakko FA-430 o el Weller Zerosmog, integran sistemas de filtración de 3 etapas, pantallas de escombros y turbinas sin escobillas, asegurando una operación eficiente y silenciosa, además de prolongar la vida útil del sistema.

Elegir la solución adecuada para su seguridad

La protección del aire en el área de trabajo no debe tomarse a la ligera. Es fundamental evaluar sus necesidades específicas, frecuencia de soldadura y presupuesto para seleccionar el sistema de extracción más adecuado. No invierta en dispositivos que aparenten ser seguros pero que no brinden protección real; la calidad y eficiencia del filtrado son clave.

Para aficionados, estudiantes o pequeños talleres, un absorbedor de humo de $50 a $60 puede ser suficiente para reducir los riesgos en soldaduras ocasionales. Para uso más frecuente o profesional, considere unidades con filtros HEPA certificados y capacidades de filtración superiores. En entornos industriales o comerciales, es recomendable optar por sistemas homologados y certificados que cumplan con las regulaciones locales de seguridad y salud laboral.


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